Lejanos recuerdos, de dulce y acaramelado pasado, inolvidable y permanentes, rellenos de risas y abrazos sinceros, son el gran tesoro y fortaleza que me defiende de las mas malas y desquisiadas intenciones de aquellos terceros no incluidos en esa gran caja de recuerdos, ahora vivo en un mundo frió y malvado, se han ido extinguiendo grandes heroes de amor fraternal e indiscutible sinceridad, cada vez mas solo y con mucho mas miedo que el gran monstruo que vivió alguna vez bajo mi cama, ahora seguiré trabajando en como poder crear esa gran máquina del tiempo que me regreso a aquellos juegos y paisajes de antaño, aveces es necesario volver a vivir la verdadera y mas linda felicidad, nuestra niñez.
miércoles, 11 de febrero de 2009
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